miércoles, 5 de julio de 2017

LA CORRUPCIÓN ES MADRE DE LA POBREZA

Inspirado en la obra: La Palabra del Mudo de Julio Ramón Ribeyro.

El delincuente de la calle por necesidad para robar mata a uno, pero la autoridad corrupta por ambición mata a generaciones completas, arrebatándolo alimentación, educación y salud.
ESTUDIANTES DE LA ESPECIALIDAD DE EDUCACIÓN INICIAL I SEMESTRE.

La obra literaria La Palabra del Mudo de Julio Ramón Ribeyro, es un trabajo literario destinado a despertar al hombre de un letargo mental, posiblemente fue inspirado y escrito con un sentir e ideal de protesta contra la clase política que se apodero delincuencialmente del poder, haciendo del Perú en un botín de enriquecimiento ilícito, mientras la gente común del pueblo a diario se vuelve más ignorante y pobre, consecuentemente en sujetos que trabajan cual esclavos para poder sobrevivir. Algunos protagonistas del cuento Los Gallinazos sin Plumas, minuciosamente si analizamos y contextualizamos a nuestra realidad nacional, encontramos representado en cuerpo y alma por la clase social opresora (políticos y religiosos) y a los oprimidos (los campesinos, profesionales y ciudadanos de las grandes urbes) los primeros con derechos sagrados a todo, mientras los otros con derechos restringidos y deberes a cumplir sin reclamo o murmuraciones.
 En el ámbito nacional, el cerdo Pascual y el Abuelo abusivo, están representados por los actores de los poderes del estado: ejecutivo, legislativo y judicial. También las fuerzas armadas y los actores religiosos, quienes tienen las leyes, disposiciones y normas a su favor y antojo para defenderse y defender sus intereses, todo el dinero del estado peruano está a su disposición y son dueños y amos de todos los recursos: como minerales, fauna, flora e hidrobiológicos, a diario estos marranos se vuelven multimillonarios, con el sudor, trabajo y sacrificio de la clase pobre. Es sabido por tradición, quienes gozan del poder no trabajan, pero si ganan buenos sueldos, son buenos para mandar y exigir el cumplimiento del pago de los impuestos, hasta por comprar un pan, pero cuánto de ese dinero retribuyen al pueblo, con obras básicas, educación y salud, lamentablemente poco o nada. Todo el dinero recaudado va al bolsillo de los galifardos (buenos para nada) funcionarios del estado, gente inútil con saco y corbata, por estar calentando un asiento y oliendo a grasa podrida ganan miles de soles anuales. De qué nos sirve tener funcionarios a montones en las oficinas del sector público, si nada de bueno producen y ni se preocupan por plantear mecanismos de desarrollo en bien de la población, solo anhelan ganar mejores sueldos, estos corruptos que viven y se alimentan de los poderes del estado peruano, a diario tienen apetitos insaciables de robarse toda la plata del Perú, como el marrano de tanta corrupción y delincuencia se vuelven más gordos.  Mientras la gente que pertenece a la clase oprimida carece de todo y muchos de ellos están impedidos de defender sus derechos, por falta de educación y dinero.
En el ámbito regional los opresores están representados por los gobernadores regionales y sus funcionarios de confianza, alcaldes provinciales, distritales y sus regidores, directores de las Instituciones Educativas y los funcionarios municipales, quienes no hacen nada y ni realizan gestiones en bien de las comunidades y ciudadanos, solamente llegaron al poder para ganar buenos sueldos y acomodar en los puestos de trabajo a sus allegados o queridos que los rascan las espaldas o lustran los zapatos, haciéndoles creer que son las mejores autoridades e iluminadas. Esta malas autoridades abusan de sus cargos para someter a la población, pese a que gracias a ellos alcanzaron el poder administrativo y económico, pero valgan verdades estos sátrapas una vez que llegan al poder, se olvidan de su verdadera misión de servir y atender las principales necesidades de la población. A estas lacras no les importa el sufrimiento y la mendicidad de la población, quienes son víctimas de explotación, engaño, saqueo y debilitación sistemática de sus fuerzas con la marginación y la corrupción latente de cada día con mayor frecuencia que se arraiga en todas las entidades públicas.
 Es notorio ver y sentir en el cuento Los Gallinazos Sin Plumas, que los hermanos Efraín y Enrique representan en carne y alma a los millones de pobres de nuestro Perú, quienes tienen que disputarse con los gallinazos (autoridades corruptas) los desechos en los botaderos de basura (entidades públicas) en busca de restos de comida para el marrano Pascual (Presidente, Ministros, Congresistas, Jueces, Fiscales y Actores religiosos del Perú). Es un trabajo arduo, peligroso que realizan en aras de lograr la gordura del cerdo, a quien el abuelo ve siempre como un ser flaco y necesitado de más alimento.
Según pasan los días,  Efraín sufre un accidente que no es preocupación ni problema para el abuelo (Fuerzas Armadas del Perú), él sólo se enfoca en sus aspiraciones que representa poseer un marrano en buenas condiciones. El nieto herido en cuerpo y alma, abandona el trabajo y pasa al olvido, en tanto Enrique realizar un trabajo doble para satisfacer el apetito voraz del cerdo Pascual. Los días transcurren y las labores dificultosas continúan para Enrique, que por azares del destino o suerte logra encontrar compañía, un perro (Policía Nacional del Perú), a quien lo llevará a casa para criarlo contra la voluntad del abuelo y lo llama Pedro. Más tarde cae enfermo el siguiente nieto, el abuelo los acusa de no servir para nada y mientras Enrique se va al botadero, el abuelo emplea al perro como alimento para Pascual. Al enterarse de esta situación, Enrique se enfurece y enfrenta al abuelo, logrando hacerlo caer al alcance del cerdo y ambos hermanos huyen, en tanto oyen los gritos de dolor del abuelo.
Cabe recordar que Julio Ramón Ribeyro, a modo de presentación detalla lo siguiente: "... en la mayoría de mis cuentos se expresan aquellos que en la vida real están privados de la palabra, los marginados, los olvidados, los condenados a una existencia sin sintonía y sin voz. Yo le he restituido este hálito negado y les he permitido modular sus anhelos, sus arrebatos y sus angustias. 
Si bien es cierto que en los relatos incluidos en La Palabra del Mudo, se describe con bastante amplitud y holgura el papel diario de los marginados sociales y más nítidamente en el cuento Los Gallinazos sin Plumas, resurge entre las líneas y con gran notoriedad el papel de los que gozan del poder político, quienes imponen las órdenes, orientados a satisfacer las necesidades insaciables, como la corrupción y la delincuencia que devora todo a su buen provecho, mientras el pueblo marginado tiene que hacer y trabajar en miles de cosas para ganarse un centavo, para educar a sus hijos y poder sobrevivir a duras penas.
Al final del relato los oprimidos (Efraín y Enrique) logran alcanzar la libertad, en tanto el opresor (El abuelo) es consumido por el monstruo que generó él mismo, es señal de esperanza que tal vez el autor aguarda en su desempeño como ciudadano de un mundo injusto al que critica y metafóricamente lo describe.
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CALDERON JARA ENOCH