lunes, 28 de noviembre de 2016

CIUDADELA DE SAWAY

Por: Calderón Jara Enoch
Docente del IESPP "Hermilio Valdizán" 2016.
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UBICACIÓN
Esta ciudadela preinca se desarrolló en la parte central del Perú, en la provincia de Dos de Mayo y Región Huánuco, a unos 3470 MSNM. En la margen derecha del río Vizcarra, afluente del Marañón.
Desde La Unión, capital de la provincia domaina, se encuentra a 22 kilómetros de distancia.
Este complejo arqueológico, en la actualidad pertenece al distrito de Yanas.
TOPONIMIA
El término Saway, tiene sus orígenes en el Runashimi y de acuerdo al fenómeno lingüístico diatópico o geográfico, significa: unión, asociación y mancomunidad.
Debe quedar en claro que Saway, de acuerdo al fenómeno diatópico, en otras zonas, contextos y acciones, tiene distinto significado.

Saway o Sahuay, era una ciudadela conformada por personas reunidas de diversas pequeñas comarcas antiguas, esta unión de individuos se dio con la finalidad de defender en conjunto sus intereses culturales y propiedades, además, para extender su dominio territorial en otras regiones, ya que era el único mecanismo de sobrevivencia y desarrollo en esa época. Pero no se quedaron estáticas, porque con el transcurrir del tiempo, estos estados han pasado a ser parte de otras naciones más grandes y modernas, así como el caso de Saway y urbes aledañas, quienes fueron sometidos o anexados a formar parte de la nación Yarowilca entre los siglos X a XIV después de Cristo.
ANTIGÜEDAD
El desarrollo de la urbe de Saway oscila entre 3000 a 3700 años antes de Cristo. Esta conjetura de antigüedad se fundamenta en la forma de construcción de las viviendas y la organización sociopolítica de su ciudadela. Estos individuos ya han sido superiores en inteligencia y con una facultad comunicativa amplia y compleja, por esa razón, han tenido la capacidad de construir, organizar, distribuir y categorizar todo a una población en la edificación de esta imponente ciudadela.
POBLACIÓN
La ciudadela de Saway, estaba poblada por un promedio de 600 personas, forjadores de una cultura originaria en la región del alto Marañón, estos individuos han tenido su propio idioma, religión, cultura, cosmovisión y estilo de vida. Es por esa razón, que se la cataloga como nación de aquella época.
Además, por su cercanía, han mantenido una estrecha relación con los habitantes de la ciudadela de Guechgas y Yarpaj, en el presente, ubicados en el distrito de Sillapata.
ARQUITECTURA ELEMENTAL
El fundamento de su arquitectura, ha sido la piedra laja de color azul oscuro y blanca, con corte lítico (de forma pulimentada), unidas con barro arcilloso y paja. También las maderas de Aliso, Quishuar y otros de la zona, han sido la materia prima en la edificación de sus viviendas, que tenían la forma circular y en ocasiones rectangulares, los torreones con ventanas y puertas direccionadas a la salida del sol, eran horizontales y por detrás de forma semicircular y ovoidea, algunos torreones tenían 7 metros de altura y con ventanas y puertas de diversos tamaños, pero de forma cuadrada y rectangular.
Los techos de estas viviendas estaban encubiertos con paja, otras con barro y piedras oblongas. De acuerdo a estas características, los torreones servían para la vigilancia de la ciudadela, porque desde la parte más alta, se veía todo lo que ocurría en la urbe y zonas adyacentes.
Por ser una fortaleza que albergaba una mayor población de mujeres y niños, es posible que era acatada con tenacidad y constancia, por grupos o clanes que no tenían una residencia estable.
Es sabido que las guerras en la época pre inca, eran por la tenencia de mayor cantidad de mujeres, quienes eran las únicas capaces de procrear hijos y esa procreación avizoraba el crecimiento, desarrollo y la consolidación de los grupos.
DIVISIÓN DE LAS VIVIENDAS
En la ciudadela de Saway, se puede apreciar: ushnus, plazuelas, reservorios, canales de agua, cullpas (depósitos de granos) y corralones en donde sitiaban a los animales domesticados.
Sus viviendas estaban distribuidas en tres sectores: el primero, estaba destinado para las habitaciones de los curacas religiosos, militares y mágicos, quienes gozaban de privilegios especiales, por ser los que enseñaban y dirigían a toda la masa poblacional, estos personajes además tenían habilidades y destrezas especiales, superior a los otros y por eso, estaban en esa categoría de ser los curacas. Estas viviendas se ubicaban en la parte central de la ciudadela.
En el segundo sector, estaban los torreones de vigilancia del ejército, estas edificaciones eran las más altas de la urbe y destinadas para la vigilancia y el control de la población.
En el tercer sector, estaban las casas de la gente común, quienes protegían y servían con honestidad, respeto y lealtad a sus curacas, porque los consideraban hijos legítimos de sus dioses.
APOSENTO MAYOR
En la parte oeste, tenían una casona con un zaguán de forma rectangular y con vista al oeste, indudablemente era la más grande de toda la urbe. Estaba construido con barro y piedra.
El muro tenía un espesor de un metro y medio y su techo, era de paja y madera. Además, este aposento contaba con varias ventanas de 30 centímetros de largo y por 50 centímetros de ancho.  Posiblemente este recinto era utilizado para las reuniones, ceremonias y recepciones de las huestes vecinas, con quienes mantenían una relación armónica. También se conjetura que era el depósito de vivires, armamento y vestimenta del ejército.
De igual forma, según la versión de algunos pobladores ancianos, esa edificación era el “Jampi Wasi”, en donde se encontraban los “sinchis”, quienes eran conocedores de las bondades y propiedades de plantas, es decir era una especie de hospital, en donde atendían los médicos o sabios en salud, responsables de curar a las personas enfermas.
EXTENSIÓN DE LA URBE
La ciudadela de Saway, está en una pequeña meseta y tiene una extensión aproximada de 5 hectáreas, que va de norte a sur y en ella, se distribuía las viviendas, los ushnus, las chullpas.
EL AGUA EN LA CIUDADELA
En esta ciudadela, no podía faltar el líquido elemental y recorría de sur a norte en toda la ciudad, por canaletas de 40 centímetros de ancho y construidos con piedras y arcilla. Porque en la parte sur estaba ubicado el manantial de aguas cristalinas, además, las aguas de este canal les servían para regar sus sembríos, que se ubicaba alrededor de la ciudadela.
Hasta en la actualidad, se encuentra un manantial, en la parte sureste de la ciudadela, a una distancia de 100 metros.
HERRAMIENTAS Y UTENSILIOS
La piedra, soguillas de cuero de animales, el hueso, el ichu y la madera, han sido utilizadas para la fabricación de sus puntas y flechas, que los servían como armas de guerra, caza y para remover la tierra. Además, sus flechas eran ungidas en la punta con brebajes nocivos, que tenían la propiedad de paralizar al sistema circulatorio y nervioso, por consiguiente, mataba si era penetrado en el cuerpo humano y animales. Además, contaban con porras, macanos, garrotes, hachas, cuchillos y puntas líticas, que eran utilizadas en las guerras, invasiones o cazas.
LA GANADERÍA Y EL COMERCIO
Los habitantes de Saway, en su entorno geográfico desarrollaron la ganadería, en especial, por la modalidad de pastoreo en los terrenos libres de cultivos agrícolas. De los wanakus, llamas, alpacas y vicuñas a provechaban la carne y lana, del último, fabricaron sus vestimentas, tejidos ceremoniales y decorativos, que les servían para el trueque con otros habitantes de comunidades distantes de aquella época.
Estos hombres, tenían la costumbre de intercambiar sus productos con los pobladores de la selva, costa, quechua y yunga, así como tejidos, charqui, moray, tocosh seco de papas, mashwa y oca y otros productos agrícolas exclusivos de la zona andina, mientras los selváticos les brindaban coca, raíces medicinales y alucinógenos, plumas exóticas de las aves y cueros de animales y reptiles, que era muy apreciado por los pobladores de Saway.
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ALPACA
También intercambian sus productos con los pobladores de la costa, de allí traían pescado seco, perlas y corales marinos que utilizaban en sus vestimentas y adornos los jefes y el ejército. De la quechua y yunca, así como del valle de pillko, el Callejón de Conchucos y Huaylas, traían frutos, la bebida emblemática, como la chicha de jora, de las semillas del molle y de la raíz del “puxato” y otras especies vegetales exóticas.
Sus tejidos eran de lanas de camélidos y de junco (numerosas especies de plantas monocotiledóneas ligadas al agua o a zonas húmedas), les dieron mucha importancia a las relaciones comerciales con otras regiones, por ello, construyeron una red intrincada de caminos por donde se movía la carga a lomo hombres, llamas y alpacas.
LA SEGURIDAD Y HEGEMONÍA CULTURAL DEL POBLADOR DE SAWAY
Una de las características de estos hombres, fue que cerraron sus fronteras, fomentando una tendencia de “aislamiento” cultural. Es probable que no quisieran influencias culturales para no perder su identidad, también para no divulgar su seguridad o poderío de su ejército. Estos individuos copiaron diversas manifestaciones y vivencias culturales de las demás aldeas más antiguas a ellos.
Se evidencia que los hombres de Saway, estaban dedicados al militarismo, por consiguiente, a las guerras. Es por eso, han construido sus enormes torreones de vigilancia y edificaciones con paredes anchas, capaces de soportar cualquier intento de empuje o de derruirlo.
La economía y supervivencia de estos individuos, estaba basada en la crianza de camélidos en gran escala, la agricultura y el comercio interregional.
Es cierto que estas sociedades, ya sea para mantener la hegemonía de la que gozaban o para proteger su cultura, mantenían un ejército, capaz de garantizar las condiciones de desarrollo indispensables para su expansión y dominio. Esto también se lograba mediante el terror infundido por sus dioses, que en ocasiones era una especie hidráulica, ya que los templos rugían al paso del agua por canales de construcción no igualadas y ese sonido onomatopéyico, causaba miedo en un instante de silencio absoluto.
 Es así, que en momentos determinados se dio un estancamiento del desarrollo, debido a la intervención militar de otras naciones o comarcas más belicosas y numerosas, de esa forma, terminando su apogeo como nación o urbe autónoma pasando a ser sometida por otras sociedades.
Por otra parte, los hombres de Saway, mantenían su seguridad en base a las pakarinas, que eran lugares de origen de los ayllus o etnias, es por eso, que se asentaron al lado de un manantial. Para estos hombres, los lugares estratégicos eran sagrados y por eso, allí construían sus casas.
SAWAY AUQA RUNAS
Forjadores de los estados regionales, en este periodo, las diferentes etnias, determinan sus limitaciones territoriales, así empieza los conflictos entre grupos étnicos, para defender sus límites o agregar territorios, por esa razón, se inicia la construcción de pucaras o fortalezas, como se aprecia en la urbe de Saway. La vivencia aldeana, surge como una alternativa superior a la vivencia primitiva y es consecuencia directa de la revolución agrícola, ganadera, arquitectónica, política, social y militar.
Los curacas de Saway, por razones de posesión y seguridad, someten y obligan a sus pobladores a construir viviendas, santuarios, chacras y a criar de una manera formal camélidos y en un límite territorial determinado.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA, SOCIAL Y URBANÍSTICA EN LA NACIÓN SAWAY
Estos individuos han dominado un ambiente geográfico determinado y no cualquier ambiente, sino una zona estratégica que dio origen a la pakarina o ciudadela de Saway, además, nace la propiedad privada y hegemonía territorial, por la cantidad de habitantes que albergaba la urbe. 
Aparece también la producción de excedentes que permitía distribuirlos, redistribuirlos, almacenarlos e intercambiarlos con las comunidades aledañas. Esto obligó a un reordenamiento de la economía y una jerarquización de la sociedad. Los que tenían mejor desempeño en la agricultura, lograron más excedencia y pasaron a pertenecer a clase privilegiada, que gozaba de comodidad y mejor ubicación en la comarca. Conjuntamente con esta casta, cobran importancia los sacerdotes, militares, sinchis y mágicos. Entre estos influyentes, por imposición directa, surgió los curacas responsables de gobernar y guiar a la población.
Así aparece el embrión del Estado. Los sacerdotes, mágicos y militares en realidad eran los especialistas en el manejo del agua, necesaria en la agricultura y la vivencia, sus conocimientos los hacían aparecer como beneficiados por los dioses, de ahí adquieren importancia, como mediadores directos entre la comunidad y las huacas (dioses).
ACTIVIDADES DESARROLLADAS POR LOS HABITANTES
A parte de la agricultura, se dedicaban a criar al sachajaca (cuy nativo), wachwa, vizcacha, chacua y camélidos. En el momento en que se extinguían algunas especies animales, que habían constituido el elemento para sus actividades de caza, otras hacían su aparición.
Así como el wanaku, vicuña, llama, alpaca y el añas, hicieron su aparición, también la vizcacha, el zorro, el zorrillo y los venados. Pero lo interesante es indicar, que esta domesticación les aseguró el alimento, porque se convirtieron en pastores y cuidadores de los animales que antes cazaban.
De esta manera, el poblador de Saway fue dejando atrás la caza selectiva, dejó su costumbre nomadista o de grupos pequeños, para llegar a practicar la domesticación de animales que, junto a la agricultura marcaron su paso al sedentarismo.
Los camélidos, especialmente la llama, sería la principal especie que domesticó el hombre del ande, junto a ello existirían algunas aves menores, pero muy importantes para la supervivencia del individuo, también al perro nativo, que se convirtió en el compañero de sus faenas cortas o largas, ya sea en la caza o en las lides.
Además, sus actividades diarias estaban destinada a la alfarería, textilería, arquitectura, hidráulica monumental y otras artes como las guerras.
Los más hábiles destacaron y se hicieron categorizar por la comunidad y terminaron convirtiéndose en líderes, jefes, autoridades, religiosos y mágicos.
LA GUERRA ENTRE NACIONES
CUCHILLOS
Con el desarrollo de los llactas en las pakarinas, surge la necesidad de defensa, que obligó a los humanos a asociarse y organizarse para alcanzar su anhelada protección y resguardo. Conforme mejoraban sus condiciones de vida material y social, los mecanismos de defensa dejaron de ser individuales y pasaron a ser colectivos y más desarrollados.
Como consecuencia de la vida sedentaria y la aparición de las aldeas, construyeron fortalezas para proteger a la población y su producción. A partir de ello, los hombres buscaron preservar su seguridad, desarrollo y objetivos comunes.
El hombre de Saway, reviste importancia, porque consolidó su forma de gobierno teocrático, para ello, ordenaron construir templos, torreones y fortificaciones que señalan la existencia de una organización militar para la defensa y el ataque. Estas características teocráticas militarizadas de los hombres de Saway, dieron paso a formas expansivas e iniciaron a mantener férreas relaciones con los habitantes de Guechgas, Yarpaj, Matsahuay y Llaurishpunta, que fue una unidad política que agrupó una diversidad de realidades, étnicas, religiosas, lingüísticas, culturales y cosmovisiones, que posteriormente, todos los habitantes de estas urbes, han pasado a formar la nación Yarowilka, ya con hombres muy inteligentes, conocedores y dominadores de muchas disciplinas científicas.
Estos pobladores escogieron un lugar para construir su ciudadela, un sitio estratégico, de donde se puede visualizar a ambos flancos. Además, estaba cercado y dentro de ello, se construyeron casas de piedra, torreones para sus deidades, muertos y vigilantes de la ciudad.
BIBLIOGRAFÍA
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- Felipe Guaman Poma de Ayala: El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno (1615/1616) (København, Det Kongelige Bibliotek, GKS 2232 4°).
- https://www.significadode.org/quechua/saway.htm

Fotografías exclusivas: Jaimes Pardo Margarita.
Saway - Yanas - 2020.

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HECHO EL DEPÓSITO LEGAL A LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ. REGISTRO N° 2016-03945.
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Anexos