sábado, 28 de octubre de 2017

RELIGIOSOS Y POLÍTICOS PADRES DE LA DESGRACIA HUAMANA.

Calderón Jara Enoch
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El mundo está lleno de gente violenta, codiciosa y corrupta, pero al no tener poder, son unas ovejas dóciles, una vez que llegan al poder, despiertan sus apetitos inhumanos de asesinos y ladrones. A la menor oportunidad, el poder se convierte en un alimento de enriquecimiento ilícito, en aquellas personas que no tienen una sólida formación en valores.
No es el poder el que corrompe, ya están corrompidos. El poder solo expone  su espíritu corrupto. Quieren matar a alguien, pero no tienes poder para hacerlo, si tuvieran poder, matarían por placer. No es el poder el que les corrompe, ellos llevan la corrupción desde su nacimiento. El poder simplemente les da la oportunidad de hacer todo lo que quieren hacer.
El poder en manos de gente no formados en valores, mata, viola mujeres, delinque el dinero del pueblo y humilla a los que no tienen poder.
LA POBREZA EN EL PERÚ SE AGUDIZA.
La mayor parte de los seres humanos viven inconscientemente, que cuando llegan al poder tienen la oportunidad de satisfacer todos sus instintos inconscientes. Entonces, ya no les importa si matan o envenenan a sus semejantes, solamente tratan de llevarse el dinero y bienes que encuentran a su paso, sin importarles que otros sufren.
En conclusión todos los individuos tienen la misma ansia de poder, el mismo deseo de ser más que los demás, solamente por no estar en el poder se sienten humildes.
Los políticos y sacerdotes, siguen condicionando a las nuevas generaciones con las mismas ambiciones, ellos crean y forman a la sociedad, cultivan su mentalidad y su condicionamiento. Ellos son responsables que la gente común sea víctima de todo tipo de programas y patrones que les son impuestos.
El niño llega al mundo sin ninguna ambición y ni creencias ideológicas, sin ningún deseo de poder, sin ninguna idea de ser más elevado, más santo y superior. Los que le educan (los padres, la sociedad, el sistema educativo, los políticos, los sacerdotes, los medios de comunicación y los mismos docentes) todos estos grupos van construyendo en los niños una mentalidad de obediencia, un espíritu de corrupción y ambición por la riqueza material, nadie forma en valores, todos buscan desarrollar actitudes de obediencia, seres humanos de mando medio, es decir seres de carga y trabajo.
Por eso, se insiste en condenar a los religiosos y a los políticos, de estas desgracias humanas, porque allí está el lugar donde los humanos se vuelven viciosos y lacras sociales. Por este fenómeno, condenar a los niños que llegan al mundo, no va ser de ayuda. Condenar a las masas populares tampoco va  ayudar, porque ya han sido condicionadas con anterioridad y están siendo explotadas. Están sufriendo y siendo manipulados por los que se encuentran en el poder. Pero nada les despierta, están profundamente dormidas. El único punto donde se debe centrar nuestra condena es en los que tienen el poder, porque tienen el poder de contaminar la mente a las generaciones futuras.
Sabemos que todo el mundo es responsable. Pase lo que pase, de una u otra forma, cada uno tiene su parte en ello. Pero lo importante es a quién realmente debemos condenar, para que en la próxima generación, los niños no sufran atrocidades de las doctrinas vacías en valores.
Los religiosos de todas las sextas y políticos, saben perfectamente bien que no hay el Dios que ellos defienden y el método adecuado de aliviar la necesidad de la gente pobre. En este mundo, el sacerdote o pastor es el único que sabe que no hay ese Dios, pero su profesión depende de ese Dios inexistente. Los políticos, no puede decir la verdad porque sus intereses creados se echarían a perder: saben que sus discursos no van solucionar y ni terminar con la pobreza, pero allí están mintiendo al pueblo.
Tanto los sacerdotes como los políticos son muy vulnerables, a las críticas y por último huyen, porque saben a ciencia cierta que son los únicos responsables de la desgracia y miseria humana.
NIÑO POBRE EN SAN JUAN DE LURIGANCHO - PERÚ.
Podemos educar a los niños de una manera más humana, no condicionada,  considerando a toda la Tierra como una unidad: sin cristianos, sin hindúes, sin musulmanes, sin indios, sin chinos, sin americanos. Las naciones y las religiones son creaciones de los religiosos y de los políticos.
Es inconcebible que durante miles de años la gente se haya estado matando en el nombre de su Dios. Ninguno de ellos le ha visto, ninguno de ellos tiene pruebas, ninguno tiene una evidencia. Y ni siquiera sienten vergüenza, porque nadie les ha preguntado mirándolos directamente a los ojos. Hoy los religiosos destruyen a todos los que no creen en su dogma, porque han autoproclamado que su dogma es divino y todos los demás dogmas son una creación del diablo.
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